lunes, 17 de mayo de 2010

DIARIO 3: "Orgullo y prejuicio".


Tiendo a ser una obstinada cuando de mis libros se trata; así que toda persona que quiera llevarse bien conmigo, debe saber, como regla primordial, que MOVERME MIENTRAS ESCRIBO, RAYAR MI CUADERNO o DEJAR CAER MI BOLÍGRAFO, es un error gravísimo, jajaja. Pero como tragedia principal, no cabe duda, ese puesto se lo llevan esas ocasiones en las que la tinta del bolígrafo se acaba; es como decirle a la infrenable inspiración que se detenga un poco mientras busco en mi gabetero un repuesto... ¡Por favor! Es decir, eso no se hace, no, no, no, no...

... Por eso es que tengo repuestos a la mano, siempre cerca de mí para salvarme la vida en uno de esos trágicos momentos.

Es costumbre leerle a mi hermana mayor mi libro, ella es como una especie de consejera en cuanto a este tema, emite su opinión desde el punto de vista de una lectora antes de que mi otra hermana también lo lea. Soy dichosa de tenerlas, diría yo que muy afortunada. Hace poco, le estuve leyendo aproximadamente dos horas, mi garganta se sentía seca, en serio, tuve que detenerme... y aunque fue, en lo que yo considero, el mejor cápítulo, de verdad que me sentía exhausta. Supongo que mi garganta no está tan desarrollada como mi mano diestra...

Una de mis historias románticas favoritas es Orgullo y Prejuicio, supongo que me encanta Darcy y su actitud, también la manera en la cual Jane Austen se expresaba. Recuerdo una vez que al terminar de ver la película a eso de las tres de la mañana tuve una urgencia por escribir, ¡Lizzie y Darcy me habian inspirado! Ese día todo lo que escribí me encantó, lo recuerdo bien.

Paso gran parte de la semana investigando nuevas palabras, supongo que eso me acerca más a parecer profesional, jajaja, pero sí que me tomo esto con seriedad. Después de dibujar, cantar, doblar y actuar (sólo hice la primera de esas), me di cuenta que escribir era mi pasión. He dicho punto y final.

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